Escritos

LA SANACIÓN EN EL MINISTERIO DE JESÚS

El mayor registro de sanaciones que hay en la biblia se condensa en los evangelios. En ningún otro libro de la biblia aparecen tantos episodios sobre sanaciones como los hay en los evangelios. Lo nunca visto ocurría en el entorno de Jesús a diario: ciegos que ven, cojos que caminan, sordos que oyen, paralíticos que dejan sus camillas y andan, leprosos quedando limpios, endemoniados liberándose y demonios huyendo, sin dejar de considerar la transformación interior de aquellos que se acercaban a Jesús con deseos de conocerle.

Si hacemos una mirada panorámica de los cuatro evangelios, encontraremos en ellos un numero elevado de textos en los que Jesús está sanando personas de diferentes males y sufrimientos. Si vemos cada evangelista por separado nos encontraremos con esta riqueza.

  • Mateo habla de tres aspectos en el ministerio de Jesús: enseñar, predicar y sanar enfermedades y dolencias (Mt 4,23).
  • Marcos, al iniciar su evangelio lo hace con el relato de la curación de un endemoniado, luego con la sanación de la suegra de Pedro y finalmente con una multitud de personas que alarmó a algunos de sus discípulos quienes le dijeron que todos le estaban buscando (Mc 1,37).
  • Lucas el médico e historiador, señala que al finalizar el día le llevaban enfermos de distintas dolencias y Él imponía sus manos sobre ellos y los curaba (Lc 4,40).
  • Juan, quien escribió su evangelio para que quien lea crea en Jesús (Jn 20,30-31) señala la curación del hijo del oficial como el segundo signo de Jesús (Jn 4,46-54). Juan nos enseña en este signo que solo Dios es capaz de obrar aquellos acontecimientos que hacía Jesús en las personas enfermas, por esto aparece como uno de sus signos.

Estos han sido solo cuatro episodios en los que vemos a los evangelistas señalando la labor sanadora de Jesús, sin embargo, los textos que hay sobre su misión, enriquecen y confirman lo dicho por los evangelios. Jesús invertía mucho tiempo de un lugar a otro sanando personas enfermas, incluso de formas que no se podían, al imponer sus manos y días en los que no se podía, el sábado. Su corazón estuvo siempre enfocado en las necesidades de las personas, hasta el punto de que las personas conocían sus movimientos y se les aparecían en los lugares, como señala Lucas 9,11:

“Pero la gente supo donde estaba y lo siguieron. Él los acogía, les hablaba del Reino de Dios y curaba a los que tenían necesidad de ser curados”.

Jesús es el sanador. 

Es imposible separar la sanación del ministerio de Jesús, porque su amor cura todas nuestras heridas, sufrimientos y dolencias. Parte del tiempo en su ministerio fue invertido en la sanación de aquellos que estaban sufriendo. Jesús vino a restaurar nuestra humanidad herida y miserable para devolvernos la condición de Hijos del Padre. Él amaba a los seres humanos y los consideraba hermanos, y no soportaba verlos heridos. Así como un Padre no puede ver un hijo herido o enfermo y quedarse indiferente, tampoco Jesús podía hacer lo mismo y por eso desafiaba el poder religioso de la época que prohibía estas actividades.

Muchas de las normas sociales de su época afectaban a los enfermos y a las mujeres, y en el evangelio nos encontramos con dos mujeres sanadas por Jesús de forma maravillosa. La primera es la que llevaba 18 años encorvada y que fue sanada en sábado (Lc 13,10-17) y la segunda, aquella que padecía de un flujo de sangre desde hacía 12 años. La primera fue sanada un día que no se podía y de una forma que no se podía, en sábado y con imposición de manos. La segunda tocó a Jesús, arriesgándose a ser apedreada por la multitud. ¿Te imaginas a aquellas mujeres ese día después de 18 y 12 años de sufrimiento? ¿Te imaginas la alegría, la paz, el gozo y el agradecimiento que sentían? ¿Podrías imaginar los rostros de sus familiares al verlas y poder tocarlas y compartir con ellas sin que se sientan rechazadas o excluidas? Este es el poder del amor. Este es el poder de Jesús, el de incluir a los marginados, excluidos y rechazados. Su amor se muestra en su acción sanadora.

El padre Emiliano Tardíf, un sacerdote Misionero del Sagrado Corazón, de nacionalidad canadiense, se le conoció en la Renovación Carismática Católica por un carisma extraordinario de sanación, y a este se le atribuyen dos frases que siempre que las escucho me hacen recurrir al evangelio:

  1. “Si de los evangelios arrancamos las páginas en las que Jesús aparece sanando, le estamos quitando el corazón al evangelio”
  2. “A Jesús en el evangelio lo encontramos siempre sanando. Lo vemos sanando a alguien, de camino a sanar a alguien o terminando de sanar a alguien”

Quiero concluir haciéndote unas preguntas:

  • ¿Qué tiempo de tu ministerio estás dedicando a la sanación de las personas que sufren?
  • ¿Cuándo fue la última vez que oraste por alguien y que viste que hizo el Señor?
  • Cuándo ves un enfermo, ¿Cuál es la actitud que tienes? Oras por él aunque sea en tu interior o lo dejas pasar?

Estas preguntas son para que ores y ante el Señor las respondas. Si Jesús dedicó parte de su vida a la sanación, hasta el punto de que en su biografía es uno de los elementos por los que se destaca, creo que nos tocará también trabajar para que en nuestra vida se refleje el amor y ministerio de Jesús. Si Jesús no dejó pasar de largo ningún sufrimiento humano, nosotros estamos en el deber de imitarle haciendo lo mismo.

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5 Comentarios

  • Eric Checo

    Excelente!
    Las sanaciones que Jesús hizo con los enfermos, es una muestra de humildad.
    En lo personal, doy gracias todos los días por mi salud, pero leyendo este artículo, me hizo reflexionar que tengo que orar más por los enfermos.
    La oración sana.

    • Nancy reyes

      Aprendo de Dios cada día de mi vida ser como dios dios umilde de corazón y que apezar de lo que les pasaría después de sanar alas personas el día sábado no le importo que lo aprediaran Porqué su amor era verdero. Um amor que nos enseño a seguir su ejemplo. Horal por los demás y ayudar al nesecitado.??

  • Wendy

    Hermano tuve la bendición de ser su alumna cuando venía a Holy Spirit en el Bronx nunca me perdía sus clases me da gusto ver al nivel que ha llevado la evangelización si todos los catolicos cristiano hiciéramos lo mismos esta muy buena la enseñanza y la presentación. que Dios todo poderoso siga expandiendo tus conocimientos bendiga todo lo que emprendas y bendiga es este medio para que pueda llegar a muchos especialmente en estos tiempos tan difíciles. Gracias

    • melchormaldonado

      Bendiciones Wendy.
      Fueron días muy buenos allá en Holy Spirit.
      Espero que pronto nos volveremos a encontrar en algunos de los encuentros.
      Abrazos y bendiciones.