LA NOVEDAD DE PENTECOSTÉS
Uno de los elementos claves para que haya sorpresa es la diferencia. Todo lo que sorprende es siempre diferente, porque si fuese igual a aquello que esperamos, ¿qué sorpresa tendría? Y todo lo que estanca, pertenece a la monotonía, a la forma común y la forma menos desafiante de hacer las cosas. El Espíritu Santo el día de Pentecostés se posó sobre los que estaban en el aposento alto y ellos hablaron en lenguas distintas, un mismo Espíritu, pero distintas formas de expresarse, cuya forma fue captada por personas que escuchaban en su lenguaje las maravillas de Dios. No puede haber maravillas sin sorpresas y la maravilla de aquel día, era que quienes recibieron el Espíritu Santo, hablaban en diferentes lenguas. Una sola comunidad, inspirados por el Espíritu Santo, pero hablando diferentes lenguas.
En su décimo aniversario de pontificado el Papa Francisco decía en una de sus entrevistas: “. Si ponemos el ojo en los discípulos, las primeras comunidades cristianas, los padres de la iglesia, y a lo largo de los siglos cada una de las congregaciones, comunidades y estructuras de la iglesia, tienen el factor común de las diferencias, porque solo ahí en las diferencias es que puede ocurrir el milagro de la unidad auténtica. El apóstol San Pedro dice: «Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios.» 1 Pe 4, 10, porque solo desde la aceptación de lo distinto, de dones y carismas diferentes para cada uno, se puede construir un autentico camino de crecimiento y unidad.
En el año 2019 en un congreso internacional de predicadores, tuve el privilegio de predicar al lado del sacerdote colombiano Diego Jaramillo, quien es una de las personas de más influencia en la Renovación Carismática Católica desde sus inicios. En una de sus intervenciones citaba al poeta Antonio Machado con su frase: “Hacer nuevo de nuevo lo que un día fue nuevo” y nos invitaba a pedirle al Espíritu Santo un Pentecostés que transforme y renueve nuestras estructuras.
Muchas comunidades, movimientos y personas se han anclado a una nostalgia del pasado que enferma e impide avanzar en la vida del Espíritu. La popularización de frases como: siempre se ha hecho así, o este es el esquema que llevan nuestras asambleas desde el principio, suelen ser el obstáculo principal para que el Espíritu Santo nos sorprenda. Cuando no estamos abiertos a las sorpresas del Señor, vamos a su presencia, vamos a los retiros, las asambleas de oración sin esperar nada nuevo; ya nos sabemos el esquema y lo que sigue, teniendo muchas veces una actitud fría y cerrada ante lo que vemos y escuchamos, porque es más de lo mismo. Lo peor de estas actitudes es la incapacidad de reaccionar.
La venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles inaugura el tiempo de las sorpresas, el tiempo del Espíritu Santo, que siempre nos sorprende. La renovación de nuestra mentalidad, de nuestras comunidades, de las estructuras de nuestros retiros y predicas, es urgente en esta época convulsionada por los cambios; aquellas herramientas que funcionaban hace décadas no son las mismas que funcionarán hoy, pero el Espíritu Santo que inspiró en el pasado sigue inspirando hoy, para que hagamos sigamos anunciando a Jesucristo y construyendo su reino en medio de nosotros, pero con novedad y sorpresa.
El predicador de la casa pontificia, el cardenal Raniero Cantalamessa, en su primera predicación de cuaresma, el 03 de marzo del presente año, citaba a Orígenes, que, en el siglo III, insistía en que había que renovar la novedad, porque no bastaba con renovarse una sola vez, sino que había que mantenerse en constante cambio. Esto es una invitación a mantenernos con el corazón abierto y las manos disponibles para que el Espíritu Santo haga los cambios que sean necesarios para mantener viva la llama del evangelio en nuestro corazón y en el mundo.
El día que Pedro y sus compañeros pasaron toda una noche pescando sin conseguir nada, Jesús los invitó a remar mar adentro para pescar (Lc 5, 1-11). La novedad implica dejar las orillas de las seguridades y comodidades. El terreno seguro, donde estamos en control y donde podemos predecir lo que puede suceder en nuestra vida y comunidades, no siempre obtiene los frutos sorprendentes del Espíritu.
Pentecostés 2023 es una invitación de la iglesia a renovar la novedad y a dejar que el Espíritu Santo haga nuevo de nuevo lo que un día fue nuevo. Que renueve nuestro corazón, nuestras comunidades, nuestros movimientos, nuestras parroquias, nuestros retiros de evangelización y todas aquellas áreas que un día, fueron una sorpresa para nosotros y con el tiempo, se estancaron en la rutina, la comodidad y la falsa seguridad.
Espíritu Santo, ven a nuestro corazón y renuévanos, haciendo nuevo de nuevo lo que un día fue nuevo. Amén.
Artículo escrito para la revista católica Rayo de Luz en Mayo 2023
4 Comentarios
José Antonio
Que el Espíritu Santo nos prepare una gran sorpresa y su poder inunde nuestra Iglesia en este Pentecostés.
melchormaldonado
Amén.
Estamos abiertos a su poder para seguir anunciando la buena nueva.
Ruben Parra
Ir a lo desconocido para conocer la novedad del Espíritu es un desafío…
VEN ESPÍRITU SANTO!!!
Mayte Beltrán
Así sea….ven Espíritu Santo