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SECRETOS PARA UNA BUENA PRÉDICA

Recuerdo que hace unos años un amigo fue a un retiro con un afamado predicador, y al preguntarle qué tal había sido y cómo le había ido, su respuesta fue: «Nada, tú sabes, lo mismo de siempre». Le pregunté a qué se refería exactamente con lo que dijo, y me dijo esto: «Muy bueno todo, pero ese tema que dio, ya lo había escuchado de él en otras ocasiones». En ese momento sentí un poco de miedo. Sí, miedo de que se diga exactamente lo mismo de alguna prédica mía, que de seguro quizás alguien lo ha dicho. No es un miedo por ser criticado, sino por perder la sustancia primera que se me dio cuando el Señor me llamó al ministerio de evangelización.

Predicar, evangelizar, cantar, entre otras actividades y ministerios de evangelización que están vinculados directamente al contacto con las personas tienen algo en común: todos buscan representar y presentar a la persona de Jesús.

«EVANGELIZAR ES PRESENTAR A JESÚS Y DEJARLO ACTUAR» Mons. Carlos Talavera

Uno de los secretos de una buena evangelización y una buena predicación es la forma en la que se presenta Jesús. Si vas a un restaurante y el plato no se ve higienico, estético y cuidado, es probable que ni te comas la comida ni regreses al restaurante. Podría ser el mejor del mundo, pero la presentación cuenta. Hacerle promo a Jesús es lo más apasionante que puede existir en la vida. Presentarlo a otros debe ser nuestro mayor placer y deleite. En instagram hay muchos influencers de distintos tipos que en sus descripciones biográficas tienen la expresión: «No free promo» indicándoles a sus seguidores que una promoción en su plataforma cuesta. Hay casos extremos donde por promocionar un producto en sus páginas, hay que pagar una suma exagerada de dinero. Hay casos donde se paga hasta un millón de dólares por un post. Sí, un millón de dólares. Estas personas tienen miles de seguidores y muchas empresas le contratan por las formas en las que estos influercers presentan los productos. Jesús nos ha enviado a presentar su Reino por el mundo y esto requiere que se haga con altura.

El día de Pentecostés el apóstol Pedro dio una predica tan impactante para la vida de las personas allí presentes, que en medio del discurso lo interrumpieron diciendo:

«Cuando los allí reunidos le oyeron así, se afligieron profundamente, y preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles: Hermanos, ¿qué debemos hacer? Hc 2, 37

Obviamente Pedro estaba ungido por el Espíritu Santo, pero ¿sabes qué? el Espíritu Santo que tú invocas no es distinto al que invadió la vida de Pedro y los discípulos de Jesús aquel día. Él es el consolador que está con nosotros, solo debemos abrir el corazón y dejar que Él actúe en nosotros con toda su ternura. Un pensamiento común que bloquea nuestra apertura el Espíritu Santo es creer que el que recibimos nosotros es totalmente distinto al de la biblia.

A veces hay personas que quieren fórmulas o esquemas que resuelvan todos sus problemas de predicación y pastoral, sin embargo, en la vida del Espíritu andamos centrados en un Jesús que siempre rompe los moldes que hicimos de aquellas manifestaciones que le vimos hacer en algún momento. Jesús sanó muchos ciegos, pero a ninguno le repitió la fórmula que hizo con otro. Sanó paraliticos, pero también lo hizo distinto. Cualquier molde que hagamos de la acción de Jesús, será roto por Él mismo, aunque Él sea el autor del milagro.

A continuación te comparto tres secretos que te podrían ayudar en la preparación de tus mensajes y para que los puedas considerar a la hora de presentar a Jesús; si me han servido a mí, adaptándolos a tu contexto, te podrían funcionar a ti también:

1- NO VENDAS A JESÚS: PRESÉNTALO

Uno de los errores más comunes que cometemos muchos predicadores es presentar a Jesús como si estuviesemos vendiendo algo que solucionará la vida de las personas para siempre, cuando esto es falso. Seguiras viviendo tu vida normal, tendrás que seguir viendo la cara de tus jefes, de tu suegra, de aquel vecino dificil, entre otras realidades, sin embargo, entre vender a Jesús y presentar a Jesús hay una diferencia abismal: EL IMPACTO PERSONAL EN LA COTIDIANIDAD.

Jesús debe ser presentado como una persona con quien cada día tienes una relación y esa experiencia cotidiana con Él, ha transformado tu visión de la vida, del trabajo, de tus estudios, de la elección de pareja, entre otros temas; y que ha hecho de tu caminar por la vida, algo más liviano y ligero. Si no presentas a un Jesús que cada día tiene un impacto en tu vida, no estás presentando a Jesús, estás intentando vender un producto y probablemente la gente terminará viendote como aquella persona en sobrepeso que intenta vender un producto de cómo adelgazar.

2- PROBLEMA RESUELTO

Si en algún momento tienes la fórmula de cómo resolver un problema que te atormenta, ahí no hay espacio para que Jesús lo resuelva. Hazlo tú.

Una de las cosas que me impacta del Jesús del evangelio es que llegó resolviendo problemas de personas que habían tirado la toalla o estaban a punto de tirarla. ¿Recuerdas las bodas de Caná? ¿Recuerdas la pesca milagrosa cuando Pedro y sus amigos no encontraron nada? ¿Recuerdas la multiplicación de los panes y los peces? fueron situaciones en las que el factor SORPRESA marcó la vida de quienes ahí se encontraban.

La evangelización debe resolver problemas reales en la vida de las personas y de maneras en que ellos no lo esperan. Muchos hemos conocido al Señor accidentalmente. Fuimos a un grupo de oración, retiro o congreso por una razón y allí encontramos la solución de situaciones que ni siquiera imaginabamos.

Cuando presentamos a Jesús hay que mostrar el poder extraordinario de sus sorpresas. Jesús es la persona que llega a nuestra vida en el momento que menos lo pensamos y nos sorprende de las formas menos esperadas. Así como Jesús sorprendió a personas resolviendo problemas materiales y existenciales de los que no sabían cómo salir, puede sorprenderte hoy resolviendo aquello por lo que hace rato ya tiraste la toalla.

Jesús es el que simplifica lo complejo y hace que aquellas cosas que parecen grandes e imposibles, se vean pequeñas e insignificantes. No hay nada que Él no pueda.

3- MÁS ALLÁ DE TUS EXPECTATIVAS

En una ocasión Jesús envió un grupo de discipulos a predicar y cuando regresaron, llenos de alegría por la sorpresa que se llevaron al ver que hasta los demonios se sometían, comunicaron la noticia a Jesús; al verlos, Él les dijo que no se alegren por eso, sino porque sus nombres están escritos en el cielo (Lc 10, 17-20).

Cuando Zaqueo quería ver a Jesús, este lo vio primero y se autoinvitó a cenar en su casa aquella noche. Zaqueo lo quería ver, pero Jesús quería algo más, quería cenar con él, quería intimidad, quería una relación (Lc 19, 1-10)

La mujer samaritana fue al pozo a buscar agua como de costumbre, allí se encuentra con Jesús y al entrar en el diálogo, pasaron de hablar del agua del pozo al agua viva de su amor que sobrepasa todo entendimiento humano y que sacia toda sed posible que viva una persona (Jn 4, 1-42)

Jesús siempre supera nuestras expectativas. Cuando se presenta a Jesús, hay que hablar de una persona cercana que es mucho más de lo que podamos imaginar. Solo Jesús supera a Jesús. Presentar a Jesús se trata de visión, pasión y propósito. Jesús siempre da mucho más de lo que esperamos de Él, siempre será el distinto en su forma de bendecirnos. Nos ama más que a nosotros mismos y tiene más deseos de entregarse a nosotros que nosotros de recibirlo. Hay que aprender a ver en perspectiva de aquello que Él quiere y puede hacer en la vida de las personas que nos escuchan, no predicando o evangelizando para cumplir un requisito pastoral, sino porque hay una fuerza interior que nos mueve a comunicar aquello que hemos visto y oido.

¿Cuándo fue la última vez que viste a Jesús actuar superando tus expectativas? ¿Qué pasó allí? ¿Qué tan abierto/a estabas a su acción en ese momento? ¿Qué te hace falta hoy para recuperar aquella fe expectante que tienen los que saben que Dios hará algo memorable?

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